Alimentas cada segundo de mi ser con la medicína nesesaria para cada ocasión. Quizás ante muchos seas algo obsoleto, más me atrevo a decir que es Ignorancia la que les lleva a concluir tal frívolo pensar. Aún no cabe en mi entender, como pueden decir que eres un simple mito, pues nunca han tenido las agallas comprobarte y sentir que eres Real.
Cuan grande es tu nobleza y tu amor. Anonadada quedo cuando me revelas tus pensamientos en mi diario vivir. A caminar como debo me enseñas, dando lugar a situaciones, obstaculos que se enfrenten en mi trayecto con el fin de hacer de mi una persona más osada, una persona más segura, una persona más fuerte.
Humana y testaruda soy cuando me niego a comprender qué para tí no hay tiempo, no hay horas, ni años, no hay apuros, cuanto menos retrasos.
A gritos pide mi alma saciar dudas, misterios. Vivir sucesos quiere, pero no se da cuenta qué el creador de ella misma tiene todo bajo control. Tan incomparable es tu amor, qué cuando ves mi alma sufrida la consuelas con tu dulce palabra. Palabra qué atraviesa el avismo de mi ser hasta llegar a la profundidad de mis entrañas. Sosiegado queda mi espíritu, comprendiendo qué tus planes no son los mios. Entonces comprendo qué tus pensamientos de paz, son para darme el fin que espero.
Blanco. Todo queda blanco. Silencio. Brisa. Derrepente todo encuentra su lugar. Derrepente todo tiene sentido. Motivo. Al fin comprendo qué me cuidas. AL fin me recuerdas qué me amaste, qué me amas. Al fin vuelvo a tu nido. Al fin me siento segura. Al fin siento tu mano sobre mi vida.